Los catálogos permiten además ofrecer información de sus productos y/o servicios de manera organizada gracias a la creación de categorías: así el usuario puede encontrar más fácilmente aquello que busca.
Un logotipo debe resumir los elementos esenciales de su marca y ser fácilmente identificado por los clientes. El logo es la mayor representación de la empresa y figurará en todos los soportes de contacto, ya sean tarjetas de visita, páginas web, embalajes o anuncios.
Una identidad clara ayuda a ganar clientes: si el comprador tiene bien claro quién le vende confiará en los productos que le ofrece. El logo asociado tiene que ofrecer la misma claridad y visibilidad sobre su oferta que la mejor de las presentaciones. Estudios de mercado demuestran que el 45% de gente recuerda más lo que ve que lo que escucha o lee: por eso los elementos gráficos de su marca tienen que ser concebidos para dejar huella en la memoria de sus compradores.
Una identidad claramente definida permite explicar fácilmente quién es el proveedor y qué productos y/o servicios ofrece, además de generar confianza e impresión de solidez en un mercado con muchos actores. Su logo debe ser el primer y más importante transmisor de su identidad.